
Ideas para un punto de partida.
Como toda institución universitaria, la nueva Universidad Raúl Scalabrini Ortiz deberá brindar una oferta universitaria de calidad, pero con la particularidad de cubrir el vacío regional con una excelente oferta estatal e igualitaria. El núcleo conceptual esperado de una universidad es que eduque con calidad.
Sin embargo, cada vez más, las universidades son actores estratégicos regionales para la competitividad productiva, la mejora de la calidad de vida de su entorno, y el desarrollo de la ciudadanía y la democracia.
Uno de los paradigmas que deberá superar ésta Universidad es la recortada identidad de San Isidro, lugar para su sede central, como una ciudad tradicional y bucólica. La historia de su gente y su crecimiento explica otra realidad: hay también un San Isidro fuertemente ligado al mundo del trabajo y a la industria, al transporte y al reordenamiento regional, dado su proximidad e integración a los corredores biosceánico y del Mercosur.
Las Universidades modernas se erigen como partícipes y constructoras del futuro, lo que se haga hoy, impactará mañana. Y si hay un lugar común para todos los habitantes del país es el futuro, y un futuro deseable puede lograrse con planes participativos, donde la universidad tenga un rol y protagonismo ineludible. Dada su realidad y contexto socio – económico de la Región Metropolitana Norte y su dinámica, lo que será futuro para Argentina, es en gran medida presente en la Región.
Es inevitable hacer la lectura política de una Región metropolitana Norte, en general, refractaria al Proyecto Nacional. Es un desafío para la Universidad Raúl Scalabrini Ortiz integrarse – evitar constituirse como un gheto – a la región que algunos índices estiman que contribuye entre el 5 y 10% del PBI nacional, para potenciarlo y a su vez, mejorar su distribución. Afrontar el desafío de armonizar y articular entre riqueza y distribución, entre derechos y obligaciones. También, para dar testimonio, ejemplo y despliegue del Proyecto Nacional y Popular en la Región.
Estrategias para organizar la Universidad Raúl Scalabrini Ortiz.
En función de las ideas anteriormente expuestas, la Universidad no debería organizarse solo a partir de una oferta educativa.
Expectativas ciudadanas y demandas educativas insatisfechas; realidad socio productiva; territorio e identidad; problemas complejos irresueltos y tendencias; acción y planificación; etc. son los elementos de una matriz que diseñará la Universidad, tanto en su organización, como en su especialización y contribución; y finalmente, en su oferta educativa.
Lejos de la creencia común, la formación de cuarto nivel, como las actividades de investigación, desarrollo, vinculación y transferencia tecnológica, no son el final de un proceso de desarrollo universitario. Son su origen.
Lejos – también – de la creencia y tradición común, no es obligatorio que la universidad se organice en facultades por especialidad. Una Universidad del siglo XXI – la Raúl Scalabrini Ortiz lo es – puede organizarse desde la definición de nudos problemáticos presentes y futuros, desde estructuras que nacen imbricando la planificación, la investigación el desarrollo, la asistencia técnica, y la educación como partes de un todo coherente y pertinente.
Bruno Pedro De Alto
Licenciado en Organización Industrial (UTN) y Especialista en Gestión de la Tecnología y la Innovación (Untref).
Docente ordinario de la Universidad Nacional de Almirante Brown.
Docente de grado de la Universidad Tecnológica Nacional, de posgrado de las Universidades Nacionales de San Martín y Tres de Febrero.
Ex docente de la Universidad Metropolitana de los Trabajadores, UMET.