Por Celia Sarmiento
Cuando el poder desmedido se lleva por delante la dignidad de las personas, no es momento de esperar que nos toque la puerta para actuar.
Por eso es que salimos a manifestar nuestra preocupación por los constantes actos de violencia que sufren vecinos del Bajo de San Isidro. Sobre los terrenos que “pertenecen al del Puerto”.
El Poder Ejecutivo municipal acostumbrado al destrato, maltrato, hostigamiento y atropello hacia quienes se encuentran en mayor estado de vulnerabilidad, actúa una vez más por sobre todo criterio de humanidad.
Cuando le fue transferida la potestad del puerto se tomó también la responsabilidad de administrarlo y “explotarlo”.
Está claro que para esto debían realizarse modificaciones en el lugar.
Hoy no solo no hay un plan claro sobre qué es lo que se quiere hacer para llevar adelante esa explotación, sino que se ve como única medida pretender la limpieza del lugar. Entendiendo como limpieza también empujar a quienes viven en ese espacio a que se vayan o se vayan.
Para poder llevar adelante esa “limpieza debe quitar todo rastro de viviendas, por lo tanto todo rastro de persona que habita en esas viviendas” utilizando para esto todo tipo de métodos hostiles y nunca el dialogo o la negociación en buenos términos.
Las personas son hoy el objeto que el municipio quiere sacar para limpiar el terreno.
No nos parece que no se deba cumplir con el Plan, el punto es que NO HAY PLAN.
No nos parece que las personas que allí viven deban abandonar su VIDA para darle terreno (literal) al NO PLAN del municipio.
Vivir en un lugar determinado no solo significa estar bajo un techo, sino que generalmente es la respuesta a las necesidades alimenticias, educativas, familiares, laborales, sociales, culturales.
Porque para poder cumplir con un supuesto plan hay que arrastrar de manera violenta y humillante a que esas personas abandonen esas condiciones.
En caso que fuera real, que el Departamento Ejecutivo esté preocupado y haya decidido ocuparse por mejorar la calidad de esos vecinos, ¿es necesario que lo haga pasando una topadora por el patio de sus casas, amenazándolos con que deben retirarse o los aplastan allí adentro? ¿es necesario que les anulen los caños que les llevan agua potable a sus casas? ¿es indispensable el hostigamiento que significa quitarles los árboles que los rodean y están dentro de sus terrenos?
Bien puede demostrar que su interés por el bienestar y la integridad física de las personas que allí viven es genuino y ofrecerles alternativas dignas y respetuosas, que les permitan sostener su nivel de vida o porque no mejorarlo.
También creemos en la importancia de poder tener nuestro acceso al rio, a la costa, a la administración del puerto.
No nos oponemos al desarrollo. Pero NO se conoce el proyecto del puerto, no se sabe por consiguiente si ese proyecto fue sometido a evaluación de impacto ambiental, descontamos que no existe y mucho menos se hizo audiencia pública o proceso participativo comunitario tal como dispone la ley como condición ineludible.
Lo que si sabemos con certeza es que en políticas urbanas y procesos de desarrollo urbano implementados en San Isidro, que no hubo ruptura, responde siempre al mismo patrón desde hace más de 30 años; con distintos matices y niveles de impacto en la población existe una continuidad que se expresa en el desarrollo de un modelo de ciudad elitista y de expulsión de los sectores más postergados. Y es verificable su falta de voluntad política de resolver esta problemática de fondo.
Impulsamos el desarrollo que permita una vida digna, la vida digna incluye el respeto hacia la integridad de las personas. No el desarrollo que incluye el atropello, el amedrentamiento, la violencia como base para gestionar.
Porque eso es lo que sucede con esta gestión de gobierno, podría decir que es Macrismo explicito, pero no. Porque el Gobierno de Posse, tiene esta manera de gestionar mucho antes que Macri sea presidente. Si hasta parece que las peores prácticas del Possismo están siendo muy bien aplicadas por el gobierno nacional.
En este distrito bonaerense, hace mucho tiempo ya que se gobierna con la topadora, la cachiporra, el gatillo y la billetera.